Palabras del
Dr. José Rafael Vargas, Senador de la República por la Provincia Espaillat, en
la Acción de Gracias de la Misa Solemne del Bicentenario del Natalicio de Juan
Pablo Duarte, Padre Fundador de la República Dominicana.
GRACIAS, JUAN PABLO, POR EL DON DE TU VIDA EN ARAS DE
LA LIBERTAD
Hoy es un día que se repite cada 100 años. Una misma
generación no volverá a vivirlo. Es uno de esos días que no está sujeto al
calendario ni al cronómetro, sino que es un kairós, un tiempo especial,
cualitativo, donde se brinda a un pueblo la oportunidad de mirarse en el espejo
de sus raíces fundadoras, de auscultar en el manantial que le dio origen, para
hurgar en su memoria histórica, reencontrar su identidad y conectar con un
proyecto de nación como lo soñaron los padres fundadores.
Hoy es un día que solamente reboza agradecimiento
desde el fondo de nuestros corazones. Agradecer a Dios por regalarnos a un
hombre que es sin duda alguna, el rostro y el corazón de la Patria.
El desafía a los jóvenes de cada generación a ser
aguerridos, soñadores, luchadores y entregados a una causa que trascienda
nuestros límites particulares, para abordar un proyecto de Patria, de Nación,
de república libre, soberana e independiente. De soñar con aquella
“independencias pura y simple” que él supo inculcar a aquel puñado de jóvenes
que compartieron sus mismos sueños y esperanzas.
Ese hombre, en cuya alma se acrisoló la identidad
nacional, nos desafía a través del tiempo a los políticos a convertir nuestra
labor en una obra de servicio y solidaridad con el pueblo.
El desafía a los que tienen bienes y riquezas, aún
bien ganadas, a ser generosos con la Patria y no escatimar bien alguno cuando
se trata del interés nacional.