martes, 29 de marzo de 2011

Moca la botó por los 400




Ellis Pérez                                   José Sánchez


Dámaso García                                    Fabio Fiallo

Por: Cuqui Córdova

El pasado domingo 27 de marzo, fue celebrado el Primer Ceremonial del Templo de la Fama de la Provincia Espaillat. El cine-teatro Don Bosco fue la sede de tan magistral acto que impresionó a todos los asistentes al mismo.
Los organizadores del festival supieron preparar un programa muy consecuente con lo que aquello representaba. Los ceremoniales siguen siendo algo fuera de lo común, parece en ocasiones como si nos trasladamos fuera del planeta, por lo elevado que nos sentimos en ese ritual único en su especie.
Debemos felicitar muy gustosamente a la plana mayor del Comité de Exaltaciones, presidido por un hombre trabajador e inteligente, Artagñán Pérez Méndez, el cerebro principal de esa institución; a su vicepresidente José Rafael Vargas, otro “fiebrú” de las cosas buenas; a Luis Quezada, el super activo secretario; el tesorero Pilo Salcedo; a un señor que se las sabe todas, el amigo Adriano Miguel Tejada, y a los vocales Rafael Castillo y Jesús Rojas.
El acto tomó más de dos horas, pero no hubo aburrimiento, aún con problemas en el sonido y en el video, todos quedamos conforme con lo allí presentado.

Artagñán Pérez Méndez                   Luis Quezada Pérez


El Maestro de Ceremonia, Ellis Pérez, hizo gala de todos sus conocimientos y supo magistralmente entretener a todo el público asistente en ese mediodía.
Los exaltados a la inmortalidad tuvieron clasificados en tres grupos: ARTE, CULTURA y DEPORTES. En el primero, se reconocieron a Catalinita Jáquez, la formidable soprano, mejor conocida por “La Alondra Mocana”, y a Papa Molina, el genial trompetista, director de orquesta, arreglista y compositor.
Durante su presentación se escuchó una grabación de su inolvidable bolero “Evocación”, en la voz de la cantante Grecia Aquino.
En la Cultura fue seleccionado el escritor Julio Jaime Julia, un prolífero difusor de obras literarias. En el deporte fueron homenajeados, Dámaso García, una estrella del béisbol de las Grandes Ligas, quien de futbolista pasó a pelotero. El mocano fue declarado la mejor segunda base de la Liga Americana en 1982 y 1985. En 1997 fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
El otro beisbolista elegido fue Fabio Francisco Fiallo, de apodo “Panchico” y “La Araña”, el cual jugó en Centroamericanos y Panamericanos, participando en los cuatro equipos tradicionales de la pelota nuestra. También intervino en las Ligas Menores de los Estados Unidos.
El voleibolista José Sánchez, otro de los escogidos, además de propulsor, se destacó ampliamente en la disciplina de la malla alta. Y por último el atleta Ángel Félix Sánchez, ganador de medallas de oro, plata y bronce en levantamiento de pesas.
El doctor en medicina, José Joaquín Puello Herrera, de amplio historial en el deporte, hizo las veces de Presidente de Honor. Muy buena actuación del sanjuanero. En el Segundo Ceremonial tendremos en esa posición al historiador vegano Frank Moya Pons, el cual ya fue juramentado.
Moca y sus hombres del Templo de la Fama dieron un batazo enorme, pasando la bola por arriba de los 400 pies, con este Primer Ceremonial, esperamos que en los próximos festivales puedan mantener el mismo average.
Encontramos extraño que mocanos distinguidos, pertenecientes al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, tales como Bragañita García, Rubén Lulo, Alberto Malagón Díaz, Moisés Cohén, Fonso Peña y Alberto Resek Koury, no fueron instalados en este primer ceremonial y en los entrantes no podemos olvidar las figuras beisboleras de Oscar Álvarez, Popón López, Calín Rodríguez y otros más. En voleibol, Rafaelito Martínez era una máquina de hacer buenas jugadas. Lo principal es que ya los mocanos están en acción.
Pasamos unas buenas horas en la ciudad del Viaducto, donde a nuestro bisabuelo, el educador Ulpiano Córdova, lo honraron con el nombre de una calle, la calle Córdova.
Los edecanes actuantes resultaron ser: Juan Marichal (el Inmortal de Cooperstown), Berman Mejía, Siverio López, Miguel Herrera, José Luis Julia, Nelly Doñé y el prestigioso músico, director de sinfónicas, José Antonio Molina.
Hubo un recordatorio póstumo dedicado a la memoria de Roque Napoleón Muñoz (Polón). Se observó un minuto de silencio. El inmortal noroestano tenía una frase a flor de labio, “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.